¿Cuan revolucionarios somos?


¿Qué fue descubriendo en esa nueva práctica?

Al hacer estas entrevistas largas con los pacientes nos dimos cuenta de lo que los grandes artistas y sabios han escrito sobre el mundo, y es que la humanidad adulta es muy insana al haber cedido o dejado de lado el amor a la vida, el sentido de privilegio y gratitud simplemente por estar vivos, cualquiera sea su posición social. Entonces encontré que de los pacientes adultos -fueran ricos, pobres, educados, mal educados, cualesquiera fuesen sus radiografías o sus exámenes de laboratorio- un 95 por ciento no tenía idea de lo que era el amor a la vida. Descubrí que no importaba si le sacaba un tumor, si le corregía su presión arterial, si su vida aún seguía podrida. Pensé que así no estaba solucionando nada, sólo dando diez años más de vida miserable. Y por lo tanto, desde el principio quisimos mezclar la medicina con la vida real, haciendo que nuestro hospital fuera comunitario, de manera que la enfermedad fuese un truco para conseguir que el paciente entrara a un hospital que en verdad era una universidad para la cultura humana.

El siglo que acaba de terminar experimentó con muchas revoluciones que quisieron cambiar el mundo, pero todas esas revoluciones fracasaron. ¿Qué diferencia hay entre esas ideologías revolucionarias y la utopía de "Patch"Adams?

Todas las revoluciones han sido en torno al dinero y el poder. La revolución comunista no fue una revolución comunista: era el dinero y el poder, y eso significa hombres buscando el poder una vez más. Pero te voy a contar que hay otras revoluciones que tú no incluiste en tu pregunta y a las que les ha ido muy bien. Walt Whitman fue un revolucionario en poesía, por ejemplo. La poesía de Walt Whitman, no sólo en su forma sino en su contenido, fue una revolución de la poesía e influyó en toda la poesía del mundo y en personas como yo que creemos -como Whitman y Neruda- que la vida y las personas son bellas. Ricas y pobres, todas son bellas. Uno puede amar a toda la gente. Whitman en su poesía ama al campesino, al mecánico, al carpintero, al sacerdote, al panadero... al borracho... él tiene poesía para todos.También ha habido otras revoluciones: en la música, por ejemplo. Beethoven era un revolucionario, como romántico, y dio horizontes en la música que existirán tanto tiempo como dure la especie humana. Y esa revolución está tocando a la gente hoy en día: anoche escuché a una persona a quien preguntaron: "¿Qué te hace vivir?" Y él dijo: "Bach".La propuesta de Cristo también fue una revolución. El problema es -y vuelvo a insistir, puesto de una manera simple- que los hombres han hecho el dinero y el poder, y las mujeres el trabajo con el amor.

¿Puedes contar algún caso médico que ilustre este cambio en la manera de tratar a los pacientes?

Cuando yo era alumno de medicina estaba en la sala de emergencia y un niño entró muerto por un accidente. Mientras estuve con los doctores, en ningún momento mencionaron la palabra amor o la palabra compasión, nunca mencionaron nada qué significara una relación entre personas, sino sólo información y procedimiento, eso se hacía muy bien.Era una dirección muy equivocada, pero yo no tenía el entrenamiento de médico que se supone puede seguir los pasos tradicionales de qué hacer con la familia. Yo podía decirles: "El niño será llevado a la morgue y tal vez ustedes nekesitarán que lez recete un tranquilizante para ayudarlos a dormir". O sea, ignorar completamente el hecho de que ellos habían perdido a su hijo'.. Ellos estaban sollozando y alguien les decía "tal vez necesita píldoras para dormir" y bla bla... ¿Qué me dijeron en el hospital? "Llama a la enfermera", me dijeron, lo que significaba "llama a una mujer", porque ellas saben manejar esos momentos. Entonces yo dije "no, no lo haré; yo voy a ser esa persona..." Pero, ¿con qué cuento yo para eso?, me pregunté. Puedo tener ojos amables. Puedo tener una cara que les esté diciendo algo. ¿Y qué más tengo? ¿Cuáles son las palabras que debo decir? Entonces fui hacia la parte más fácil. La familia era cristiana; yo no lo soy, pero conozco a Cristo. Les dije: ¿les importa si rezamos? Estaban asombrados, chequeados de que un médico dijera eso. Me hinqué, junté las manos y tomé todo el amor de mi madre y salió todo con sinceridad y amor. Durante diez años esta familia me escribió sobre cómo ese momento cambió la percepción de la muerte de su hijo. De ahí en adelante, con el paciente budista yo era un sincero budista; con el cristiano era cristiano.


A menudo decimos "yo soy sólo un profesor, o un gásfiter, qué podría aportar yo para cambiar al mundo". La cosa más revolucionaria que puedo decirles es esto; todo ser humano que quiera esa revolución de amor y cuidado sobre los demás puede tomar esa decisión personal desde que sale de su casa en la mañana hasta el momento en que regresa. Cada minuto en un espacio público, siempre es posible ser universalmente amistoso y un celebrador de la vida. La revolución se hace cuando tú te comunicas de otra manera con la gente que se sube contigo a un ascensor. ¿Te has dado cuenta de que la gente no se mira, se esquiva dentro de un ascensor? Haz la prueba de saludarlos efusivamente, con una sonrisa de oreja a oreja; o de hacer una broma. Esos gestos que son gratuitos, que no requieren inteligencia ni entrenamiento especiales, que no cuestan dinero son más difíciles de hacer que cualquier otra cosa, porque uno tiene que salirse del "yo"."Yo... y mi vida tan dura." "Yo... que estoy envejeciendo." "Yo... que tengo cáncer." "Yo... que soy muy bajo." "Yo... que no soy tan bueno tocando el violín." "Yo... y el café que derramé en esa camisa."Todo ese "yo" debe quedar guardado en una repisa, para que "tú" salgas. Tú, el ciudadano; tú, la mujer que fuiste golpeada anoche por tu marido, que se ve porque estás en el ascensor con un ojo amoratado. Tú, el hombre de negocios que pensaste que tenías un trabajo seguro, pero acaban de decirte que la empresa en Estados Unidos redujo los trabajos en Chile y te despidieron. Tú, pobre persona que acudió a los servicios de ayuda social para decir "tengo cuatro niños, me puede ayudar con lo que sea". Tú no sabes quiénes son los que están en el ascensor, si ganaron la medalla olímpica o perdieron el empleo, porque ninguno de ellos tendrá el coraje de, decir "yo necesito tu amor en este momento, necesito tu buen humor, necesito tu buena disposición".Si es que tú dices "en cada momento público yo voy a ser amoroso con todos y un celebrador de la vida"... entonces tú eres Cristo, tú eres Whitman, tú eres María cuando entras en un ascensor.


¿Sabías que un niño puede entrar a una sala llena de asesinos y de gente perversa y jugar con ellos desinhibidamente, con su ternura y su amor, y que ese milagro ocurre porque ellos todavía no han sido introducidos en el amor por el dinero?


...Esta entrevista, y la vida de este revolucionario impacto mi vida, es impresionante como un hombre puede ser la estrategia para ayudar a otros... Les insto a vivir esa llamda revolucíón de amor la cual nos habla Patch Adams... Desechemos el "yo" y luchemos por un "Nosotros"...


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Camiii !!
vi tus fotos
y sali preciosa !
estai cn el pelo liso :O
te veiii esq dmsiado lindaa
wenoo erii dmsiado Linda pu amiga :)
Sabii q prto varas la media bendicion y entre todo lo q aprendi y gane estas tuuuu !
erii un persona a la cual admiro y kiero mucho :)!

leii un p0ko de lo q tienes.. pro ando media apuraaada asike me tomare el tiempo xq me kede pegada :O jaja

T kieroo ! (L)

isaaaa*

pd: ejaleee se viene el sabadoo
eeeeeee!